viernes, 5 de junio de 2009

LUNA



¡Vaya! Ahí afuera está la luna, saludándome por esta pequeña ventana, donde me siento a esperar que pasen los minutos... Miro el reloj... Esperando que te vistas, que escojas tu ropa con cuidado y delicadeza, que peines tu pelo y que siempre luzca mal, que demores mil años en terminar. Yo voy a pensar, que te preparas para mi, que es tu ritual para salir, que este es un momento especial. Yo no voy a pensar que te preparas para ti, que no es un narcisismo espectacular, que no eres una persona complicada, sino la más sencilla y con belleza exterior. Yo voy a pensar que ya estás por terminar, que saldrás corriendo a esperar, esperando a esperar, y que en cinco minutos ya estarás, listo y sonriente, y mis manos tomarás.
Ahí afuera está la luna, y ella me observa y sus tintes me preguntan... ¿Dónde vas si sola estás? Ni el cielo entiende mi desesperación, si juega a mirarme todos los días, en esta aventura de amor en la que vivo, en estos capítulos vacíos y sin sentido, llenos de misterios y dramas, de sencillez encapuchada... Y el relato continúa, mientras sigo aquí sentada, pensando... soñando.
Yo voy a pensar que ya has planeado toda nuestra velada, que en tu cabeza mil y una preguntas ya has pensado, que conmigo lo estas pensando, y a mis ojos esperarás, para mirarlos una vez mas. Miénteme aunque sea, que esta sea la droga que tiña de colores mis días, que llene de soles mis noches, que vierta caricias a este pobre corazón y un abrigo de amor, en este invierno tan frío. Porque me hundo amor, en este mar de ilusiones... y mi balsa es pobre y débil, porque deseo tirarme al mar, y naufragar, porque con estas manos con las que te toqué, destruí mi salvación, porque trocé en mis pedazos este barco de cordura...
Y aún allí, la luna estaba ahí afuera, la luna amiga, que me acompañaba en cada delirio en cada insensatez, aún en los días grises, cerré los ojos y la vi, cerré los ojos y a ti también te vi, porque existes en cada pensamiento, en cada ilusión, en cada retorcida lágrima, tú, motivo de mis penas y de esta emoción que me quema por dentro, dueño de mis días y dueño de mi vida.
Miro el teléfono, y sé que vas a llamar, cuando al fin, envuelto en tu aura de príncipe azul, al fin estés listo para mi. Y voy a pensar que mientras tus cordones estabas atando, escuchabas esta misma canción, y bailabas conmigo en tu cabeza. Es un segundo en que soñás, es la gota de vida de mi alma... Y estamos juntos amor, en esa imperfección. No te despiertes más, deja que la luna nos bañe con su luz... Olvida a los demás.
Y las horas pasan, allí afuera sigue la luna, brillante y orgullosa, mientras te espero y muero amor, en este vestido de alegría y adornada de esperanza que así te espere mil años, nunca se va a arrugar. Yo te espero amor.. y esperando muero.
Déjame morir amor... Esa es mi salvación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario